Ahora que llega el frío y las calefacciones se ponen en marcha el consumo de la energía en el hogar sube. Y es que, la calefacción nos puede suponer hasta el 50% del gasto energético de la vivienda. Para controlar el calor del hogar, exiten los termostatos y cronotermostatos, unos aparatos pensados para ahorrar energía en la climatización de tu casa sin que ello te suponga renunciar a la comodidad y el confort.
Los cronotermostatos y termostatos suelen ser muy recomendable instalarlos cuando el sistema de calefacción es mediante caldera de gas, gasóleo o pellets. Cuando estos aparatos son instalados permiten regular la temperatura del hogar e incluso seleccionar el/los momentos en los que se quiere que se encienda y apague la calefacción.
Diferencia entre termostato y cronotermostato
Hay dos tipos de termostatos: los analógicos y los digitales.
Termostatos analógicos: están equipados con una rueda que permite manualmente elebar o disminuir la temperatura.
Termostatos digitales: disponen de una pantalla que muestra la temperatura real en el interior de la casa. De esta manera, se puede graduar la temperatura en función de la información que proporciona el medidor del termostato para mantener la temperatura de confort. De esta manera, el uso de la calefacción será más eficiente, ya que sólo se consumirá lo que realmente se necesite.
Por su parte, el cronotermostato es un intrumento mucho más preciso que el termostato. Los cronotermostatos son aparatos digitales que permiten, además, controlar en todo momento la temperatura por horas e incluso por días, gracias a su función de programación.
Consejos para ahorrar energía en casa con el uso de la calefacción
Como ya hemos comentado, los termostatos y cronotermostatos ayudan a tener un control sobre la temperatura de la vivienda y regular la calefacción para que ésta se ponga en marcha en los momentos en los que realmente es necesario. Sin embargo, es importante también tener unos hábitos energéticamente responsables para conseguir mayores ahorros:
No abras las ventanas con la calefacción encendida.
Para ventilar la casa son suficientes 10 ó 15 minutos.
No tapes las fuentes de calor con cortinas, muebles o elementos similares.
Instala un termostato en la calefacción y regúlalo para una temperatura de no más de 20º C en invierno, por cada grado adicional gastarás aproximadamente un 5% más de energía.
Revisa periódicamente el estado de la caldera, aumentará su eficiencia y su duración.
Cierra los radiadores que no precises y apaga completamente la calefacción si tu casa va a estar desocupada.
Prefiere en este orden: solar, biogás, biomasa, leña, gas natural, propano o butano. Evita la electricidad.