Es un aspecto, no menor, que conviene tener muy presente cuando hablamos de energía y consumo eficiente. De poco sirve optar por sistemas sostenibles y tecnologías innovadoras para nuestros hogares si luego no están acompañados de un buen aislamiento térmico del hogar.
Para asegurar el confort de la vivienda hay que revisar el estado de todas aquellas partes que están en contacto con el exterior y condicionan mantener la temperatura deseada. Nos referimos sobre todo a las fachadas y tejados, pero también a las ventanas, puertas y los suelos.
Si por el paso del tiempo se han ido deteriorando estos elementos o se han dado otras circunstancias por los que no están en óptimas condiciones, conviene renovarlos. De lo contrario, cualquier equipo de climatización que tengamos en casa (calefacciones, aires acondicionados u otros) tendrá que trabajar más para lograr una temperatura agradable.
Y ya sabemos que supone que los aparatos estén más tiempo en funcionamiento. Consumen más energía, se eleva el gasto para la economía doméstica y, en el caso de algunos sistemas, implican además más contaminación. Así es complicado ahorra en la factura.
Cómo mejorar el aislamiento térmico de mi casa
Diversos estudios realizados demuestran que gran parte de las pérdidas de calor (en invierno) o de frío (en verano) que se producen en los hogares se podrían reducir simplemente mejorando algunos aspectos del aislamiento térmico de las casas.
No son pocos los casos de viviendas con problemas de este tipo en las que se dispara el consumo energético. Un estudio en el que ha participado el Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía (IDAE) cifra en más del 50% los hogares que en España sufren pérdidas por carencias en el aislamiento.
Si te estás preguntando qué puedes hacer, te vamos a intentar ayudar con estos consejos. ¿Qué necesitas revisar? Hagamos un pequeño repaso:
Ventanas: es muy fácil comprobar si hay una fuga. Si están cerradas, no puede haber ventilación y toca actuar. Más allá de las opciones que existen en el mercado como doble acristalamiento, diferentes vidrios y materiales de carpintería de calidad, es imprescindible cuidar la unión entre las ventanas y la pared para que esté bien sellado.
Suelos, paredes y techos: para reforzarlos es fundamental la utilización de materiales aislantes térmicos que garanticen una eficiencia técnica y energética. Hay aspectos de carácter técnico a considerar, por lo que es aconsejable consultar a profesionales sobre la opción más adecuada para cada vivienda.
Fachadas: es por donde las viviendas pierden más energía, con el gasto que conlleva. Hay diferentes lugares (exterior, interior y cámaras de aire) sobre los que se puede intervenir y varias fórmulas (SAT, ventilada, etc.). Cada opción tiene ventajas y también algunos contras. Así que conviene evaluar lo más beneficioso en cada casa.
Estas serían las principales claves, pero luego siempre se pueden adecuar puertas, persianas y otros elementos del hogar. Todo ello va a sumar para lograr el rendimiento óptimo de nuestros aparatos de climatización y reducir el consumo de electricidad y de otros recursos.
Principales beneficios de un buen aislamiento
¿Merece la pena aislar térmicamente una casa? La respuesta es evidente. Hay una serie de ventajas muy claras que hacen que merezca la pena la inversión para corregir esas situaciones en las que el aislamiento es insuficiente o simplemente en su momento fue mal ejecutado.
Estos son los principales beneficios de tener un buen aislamiento en el hogar:
Más bienestar: un factor capital para crear un ambiente agradable en casa es la temperatura. Lograremos mantenerla estable durante más tiempo si la protección de nuestra vivienda es el adecuada.
Menos contaminación: todo hogar que está bien aislado térmicamente es más eficiente. Al tener menos pérdidas, reduce el consumo de energía y, por tanto, se producen menos emisiones contaminantes.
Ahorro energético: utilizar menos los aparatos de climatización del hogar se traduce en que haya que pagar una cantidad inferior en las facturas relacionadas con el suministro energético.
Todo ello favorece para que nuestra vivienda tenga una mejor certificación energética. Ciertas actuaciones que beneficien el aislamiento harán que suba en la escala de calificación que va de la A (más eficiente) a la G (menos eficiente). Algo a considerar porque implica reducción de impuestos y más valor para una futura venta o alquiler.
En esta misma línea, convendría completar el aislamiento con sistemas de climatización eficientes. Cada vez son más las posibilidades para satisfacer las necesidades de un hogar. Energías renovables como la aerotermia o la solar fotovoltaica aseguran ahorro y sostenibilidad, dos argumentos sólidos pensando en el futuro.
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Fuente: blog Vaillant Eco-lógico
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